LUCÍA Y ALEJANDRO

FOTOGRAFÍA DE FAMILIA

Hay lugares que son más que un paisaje bonito. Lugares que guardan recuerdos, emociones y momentos vividos. Para esta familia, el Pirineo es justo eso: su lugar favorito en el mundo.

Por eso, cuando nos propusieron hacer la sesión allí, no lo dudamos ni un segundo. Nos escapamos una tarde, sin prisas, solo con ganas de disfrutar, de conectar… y de dejar que las cosas pasaran.

Lucía, la mayor, llevaba la energía a flor de piel. Alejandro, el más chiquitito, la seguía como podía entre risas, juegos… y alguna que otra caída que no frenó ni por un segundo su sonrisa. Entre abrazos, carreras por el campo y miradas que lo dicen todo, fuimos capturando su historia. Tal y como es.

No se trataba de posar, sino de estar. De disfrutar del ahora. Y eso fue lo más bonito: ver cómo son como familia, cómo se miran, cómo se quieren.

Porque al final, las fotos no solo hablan de un momento. Hablan de un hogar. Y ese hogar, aunque tenga paredes, también puede encontrarse en mitad de la montaña.

"El Pirineo es nuestro refugio y, gracias a esta sesión, pudimos revivir con fotos cada risa, abrazo y momento auténtico que vivimos allí."

 

-Lucía y Alejandro